Podría haber seguido horas hablando con ella.
Tendría que entrevistar dos veces a Teresapara poder atrapar la riqueza interiorde esta mujer que se vive rodeada de alambres en una casa con "vistas a su jardín".
Hablamos de flores, de conciertos, de rugby, de colores, de armonía, de educación, de hermanos, de hijos, de amor y de hacer cosas con las manos. Y de música y con la música de fondo. Y sí, creo que también hablamos de estilo. O quizás lo pasamos por alto porque me lo encontré en cada rincón.
Trabaja con las manos dándole formas maravillosas al alambre. De él le gusta hasta su olor. Yo creo que estaba predestinada a encontrarse con él en el camino. Siempre le llamaron la atención las vías del tren, las siluetas de los árboles al atardecer, el toque de negro, las líneas delicadas, lo liviano, la torre Eiffel, los cuadro de vichy y las bicis. Ahora su marca se llama Sur Le Fil que significa "en el alambre".
Teresaes de esas personas que se quitan importancia pero con ella todo se convierte en especial. El mueble lleno de vajillas eclécticas, el sofá tapizado de la entrada, la cama en el jardín, la lasaña casera, los cojines pintados con estrellas, los colores de los retales de sus guirnaldas... Es madre de 4 hijos con nombres preciosos que cuando eran pequeños le decían "mamá tu eres muy maniobras".
Si le pides que se defina te dice que es como Heidi, siempre buscando las montañas, los árboles y el cielo. Su despacho está rodeado de ventanas y abierto a la vida de su casa en medio del salón. Que a su vez conecta con el comedor, y con la cocina y, por supuesto, con el jardín que conoce al detalle y en el que viviría si pudiera.
Dice que ahora, cerca de los 50, es cuando quiere hacerse un tatuaje. No le gusta que la gente le ponga "fecha de caducidad" a algunos gestos. Se quiere tatuar una estrella y un ramo de flores.
Le robaba el perfume de Hermés a su madre para salir aquellas primeras noches y ahora lo guarda en su armario donde se repiten, sobre todo, los chalecos. Y maletas antiguas, que no le pregunté si estaban llenas o vacías. Es de esas personas que siempre encuentra una manera de llevarse casi todo a su terreno. Todo y nada es su favorito. El otoño, el verde agua y ahora mismo yo diría que anda enamorada del rosa y los brillos desgastados. Como su bolso, por fuera y por dentro.
Todo un homenaje a esos colores y a la armonía. Desde los cascos a los labios, pasando por su gorro de Sybilla y su llavero, que recuerda a otra de las cosas que colecciona desde siempre: las converse. En su cuaderno de "notas y listas" una de sus ilustradoras favoritas: Rebecca Dautremer.
Me dice que para ella en la vida todo es cuestión de proporción. Aunque después de conocerla un poco más, creo que ella es desproporcionadamente inspiradora. ¡Gracias Teresa!
Teresaes de esas personas que se quitan importancia pero con ella todo se convierte en especial. El mueble lleno de vajillas eclécticas, el sofá tapizado de la entrada, la cama en el jardín, la lasaña casera, los cojines pintados con estrellas, los colores de los retales de sus guirnaldas... Es madre de 4 hijos con nombres preciosos que cuando eran pequeños le decían "mamá tu eres muy maniobras".
Si le pides que se defina te dice que es como Heidi, siempre buscando las montañas, los árboles y el cielo. Su despacho está rodeado de ventanas y abierto a la vida de su casa en medio del salón. Que a su vez conecta con el comedor, y con la cocina y, por supuesto, con el jardín que conoce al detalle y en el que viviría si pudiera.
Dice que ahora, cerca de los 50, es cuando quiere hacerse un tatuaje. No le gusta que la gente le ponga "fecha de caducidad" a algunos gestos. Se quiere tatuar una estrella y un ramo de flores.
Le robaba el perfume de Hermés a su madre para salir aquellas primeras noches y ahora lo guarda en su armario donde se repiten, sobre todo, los chalecos. Y maletas antiguas, que no le pregunté si estaban llenas o vacías. Es de esas personas que siempre encuentra una manera de llevarse casi todo a su terreno. Todo y nada es su favorito. El otoño, el verde agua y ahora mismo yo diría que anda enamorada del rosa y los brillos desgastados. Como su bolso, por fuera y por dentro.
Todo un homenaje a esos colores y a la armonía. Desde los cascos a los labios, pasando por su gorro de Sybilla y su llavero, que recuerda a otra de las cosas que colecciona desde siempre: las converse. En su cuaderno de "notas y listas" una de sus ilustradoras favoritas: Rebecca Dautremer.
Me dice que para ella en la vida todo es cuestión de proporción. Aunque después de conocerla un poco más, creo que ella es desproporcionadamente inspiradora. ¡Gracias Teresa!
