El gris es siempre una buena idea.
El término medio entre dos extremos que nos gustan tanto: el negro y el blanco.
El neutro que nunca debería faltar.
Cuanto más claro, más luz. En su versión más oscura nunca es demasio duro.
Un color que nada tiene que ver con "esos días grises".
¡El gris es siempre una buena idea!